domingo, 16 de noviembre de 2014

Para muchos investigadores hace ya tiempo que resulta evidente que somos los cobayas de un avanzado gremio de diseñadores genéticos y constructores de civilizaciones (como en el Monopoly, pero a la bestia); y a algunos de ellos el hecho de haber aportado pruebas o indicios suficientes para divulgarlo, simplemente LES COSTÓ LA VIDA.

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