Sudoraciones, aumento del pulso y descenso de la temperatura corporal. Esto es lo que experimentamos cuando estamos viendo una serie de televisión de la que somos fieles seguidores. Lo acaba de hacer público un estudio de la empresa Neuromarketing Labs para Fox y Vodafone, que confirma que algunas series como The Walking Dead, Breaking Bad, The Big Bang Theory o Juego de Tronos pueden llegar a originar síntomas físicos de adicción en el espectador similares al de una droga. El informe asegura además que cuando estamos "enganchados" a una serie segregamos una serie de hormonas que tienen un efecto "calmante" en el espectador por muy terrorífico que sea lo que estamos viendo.
Para realizar el estudio, se analizó la actividad cerebral, el pulso, la temperatura corporal, el riego sanguíneo, el nivel hormonal, la frecuencia respiratoria y el movimiento de los ojos de 74 personas de entre 18 y 47 años exponiéndolas simultáneamente a fragmentos de varias series de televisión. Y las conclusiones fueron aplastantes: al dejar de visionar las series que más nos gustan, el cuerpo experimenta la misma reacción que se tiene cuando uno deja una droga de la que es adicto.
Cuanto más fuerte, mejor
Nuestro cerebro, además, tiene un punto de masoquismo. Y es que de los análisis cerebrales realizados se ha podido comprobar que el espectador prefiere las series televisivas que despiertan en ellos emociones fuertes, dando igual si éstas son positivas o negativas. Cuando estamos viendo nuestras series favoritas, la sudoración se incrementa y los latidos del corazón y la respiración también se aceleran. Sin embargo, si tenemos delante una serie a la que no estamos enganchados, las reacciones físicas son apenas apreciables, incluso si el argumento es de lo más turbulento.
El informe de Neuromarketing Labs también apunta que, en general, las series televisivas no generan odio. “Cuando el espectador es expuesto a series que no le gustan, este no muestra ninguna emoción y reacciona con indiferencia”, explica Kai-Markus Müller, director del informe. Sin embargo, cuando somos fieles seguidores de una ficción el cerebro llega a experimentar sensaciones parecidas al "orgasmo". Esto ocurre además cuando se focaliza la atención sobre determinados personajes.
Entre los protagonistas más adictivos están Sheldon, de Big Bang Theory, es el personaje que desencadena reacciones emocionales de mayor voltaje en el espectador. En The Walking Dead es Daryl quien vuelve literalmente “locos” a los espectadores, mientras que Cómo conocí a vuestra madre es Ted Mosby el que provoca auténticos terremotos emocionales en el espectador. De todos modos, y pese a que los datos arrojados por el informe parecen a priori bastante alarmantes, hay una buena noticia: desde el punto de vista hormonal las series televisivas tienen en general un efecto calmante en el espectador, incluso si son series de terror como The Walking Dead.